Poetas de la Perfidia,
del Arte de ser Decadencia,
escupen sobre la Fe
el germen fatídico de la aversión.
Maestros de la Plegaria,
arquetipos de la decencia,
con cada argumento falaz
cultivan lo inútil de la confusión.
Parásitos del Pensamiento,
Artesanos de la Palabra,
escriben con mano genial
la Historia y también su justificación.
Artífices del vasallaje,
torcidas mentes entusiastas,
hacen de la necesidad
cultura de entrega y triste frustración.
De vuestras prosas venerables se desprenden
las contradicciones que evidencian
lo inservible de confiar.
De vuestras lenguas exaltadas se desprenden
manifestaciones que desnudan
una vocación rapaz.